Como siempre...

Renazco... de mis cenizas como el ave Fenix... aunque me acompañe una lágrima
Sólo para amigos... para los que gustan de leer... para quienes disfrutan de poemas... para los que como yo sueñan... para los que mantienen la sonrisa... y conjugan a solas las lágrimas... para los que quiero... y los que me quieren... para ti... sobre todo para ti...

21 ene 2010

La Centáurides y el Celtíbero -cuento-


Resbaló de la nube de Hera al intentar saltar desde el Olimpo, cayendo a la tierra en humano convertida, aventura que juzgó solazada no demandando venida. Caminó por calles de luces amarillas, disfrutando brisas heladas del otoño en puerta, y tropezó con mirada sospechada. La visual azul profunda y triste, sonrió amable ante el hallazgo, perpetuando así un camino de convergencias de muchas noches, desde ese encuentro. El hilo del amor se fue tejiendo sin siquiera percibirlo, y los bajos instintos de su raza la sumergieron en vehementes aproximaciones, enredándolos esclavos de pasiones animales... obstáculo, se sabían prohibidos. Batallaron por no ahogar su romance; el Celtíbero especuló en rapto o huída antes de verse sumergidos en la derrota. Mas como Folo y Quirón, sus almas limpias anhelaron poder manifestar su pulcro sentimiento, procurando ser sabios y amables, soslayando lo prohibido... pero Ares esperaba el sacrificio... y la Centáurides emprendió la huida. Intentó como Hilonoma llevar a cabo su oblación ante la fuga, pero no atinó valentía. Tras las sombras de un frío invierno sus ojos despeñaban estalactitas de dolor, cuando al echar de ver al cielo invocando su destino, notose bajo la ventana de su amor. Quiso llamarle ante la tribulación de su alma atormentada, pero Teseo inclinó la balanza hacia lo justo, dejándola esculpida en bajo relieve de la naturaleza, al pié de la ventana... allí yace la Centáurides enamorada. Sus ramas extendidas hacia el cielo, sólo desdibujan su figura en las noches de invierno, cuando desnuda de ramas, las luces amarillas dejan ver su moldeado sufrimiento... el Celtíbero cada invierno se detiene, y la toca, sin entender por qué le produce desconsuelo, entonces las estalactitas de nuevo se despeñan hasta el suelo.


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Cae el denuedo



He tropezado amor con tus matices

entendiendo que el amor no es blanco y negro

es más un cúmulo de colores

que dejan un arco iris en el pecho.


Brillo incandescente desdibuja al rostro

y en pequeños estallidos de lamentos de fuego

se desprende mi alma en sentimientos de tenerte

aunque estés lejos.


Pero la historia y el deber no saben de matices

el deber sí se viste de profundos negros...

... cae el denuedo.


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Letras



Eres letra prohibida entre mis labios

sabor obscuro que tintinea caída
mi corazón está hospedado en tu mirada
y mis ganas llevan sabor a letanía.

Estas lágrimas que brotan de mi instinto
llevan reflexión a ideología
malditos dogmas que te siembran en el alma
y prohíben cercanías.

Anhelo el te amo prohibido de tu ausencia
el abrazo que sólo en símbolos prodigas
el árbol, el banco, el caminar
el protagonismo en la iconografía de tu día.

Suspiros se encuentran en el aire
se besan y se hacen compañía
miradas que no ven se cuentan cuitas
y dan a la distancia sinfonía
silencios profundos como auroras
bautizan la palabra prohibida
No hay lírica que recupere la cordura
ante un imposible que me consagre a tu vida.


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30 oct 2009

Ciertamente (Reverso de "Posiblemente")


Y entendí

que no siempre se cumplen las promesas

que el abrazo, por más deseado, no siempre llega...

y no supiste más de mí

y es que llegó el día.


El goteo mojo y miré al suelo

y cada día, de a poco

fui muriendo...

Y yo quería vivir.


Y me doliste,

y elucubré,

y me cansé...

Y la marca indeleble, se borró

porque indudable, irrefutable y hieráticamente

te amé.


Y lo cierto resultó mentira,

y la excusa resultó cierta,

y fue miedo...

y lo mágico

extraordinario

estupendo y maravilloso,

ya no fueron sentimientos,

fueron etiquetas

sacudidas intempestivamente,

si.


Y no se dijo más...

y no tuvo el aire que mudarse.


Y quedaste silenciado, omitido

ni receloso

ni inconexo

ni indescifrable

ni incoherente

ni inescrutable

ni aprehensible

ni pávido

ni necio

simplemente, no palpable.


Yo?

ni emoción ni tiempo me marcan aún...

ni suprimida

ni derogada

ni rescindida

ni revocada

ni abolida

ni indiferente...

inerme.


Y ya no eres frase repetida,

ni excéntrica,

ni rosario, ni mantra,

ya no medito tu nombre,

no hay cigarrillo.


Minutos frente al pliego

y líneas repletas

cual novelista excelsa, hallo el final,

ya no hay espacio en blanco,

ya obtuve la respuesta,

no más preguntas.


De mi melancolía

ya hay palabras en el diccionario de la pesadumbre

mas sin rutinas, ni repeticiones.


Y las musas permanecen

recuperé mi ética,

mi poesía aún no canta en Allegro,

pero ya no busco respuestas en el aturdimiento.


Mis sueños se hacen sólidos

y la luz de las estrellas aclaran mi vista,

oh! si,

la noche aún me reembolsa vacío, soledad,

aún codicio el albor de la aurora.