
Recorrer la vida tomada de tus manos rezando el puedo de tu credo,
y con nuestros pasos inventar esos caminos que nadie se atreva recorrer.
Encontrar la risa en el eco de tus manos cuando rocen mis mejillas,
y sentir nuestros latidos en cada palabra susurrada.
Que mis ojos sean primavera en los colores de tu fauna,
y los tuyos verano ardiente en los sabores de mi piel.
Que el aire suave flote por entre la existencia de nuestros muslos,
mientras la lluvia moja delicada cada ruta de te quieros suspirados.
Y cuando el huracán en las elipses de mi espacio haga conjunción con tus quejidos,
sean los besos el gesto tierno en esta eternidad de minutos contenidos
y el sueño conjunto la alegría que ultime el despertar de este por siempre.