Me dejas a obscuras y sin luz cercana
sin lámpara de noche ni fogata
sin asidero ni tramo ni baranda
en una espera que ya no espera nada.
Te cansaste y cediste al tiempo
te dejaste ganar por las horas
los días acunaron tu pena
y el mes te robó la razón
ya no soy más tu motivo.
Lucharía gustosa por esa luz de nostalgia
que segura estoy desprenden tus pasos inertes en el asfalto,
por levantar esa cabeza cana que a solas se agacha llorosa,
por estar en el sillón de nuestras cuitas y cantarte mañanitas
que despierten tu instinto y tus ganas de lucha.
Quise ser tu lucha, tu decisión, tu meta
y quede igual
en la espera que no espera nada.
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