
La vida me ha brindado en preñez involuntaria
un manojo de dulces y agraciadas criaturas
cada una perfecta y sublime en solitario
y así mismo perfectas todas juntas
haciendo de mi alma abierta una laguna
dejando caer en ella con sus besos
un rosario de lágrimas… una a una
me ganó desde ese día de colegio
el socorrerte trascendió en mi vida
en el más sublime de los premios
convertirte después en mi angelito
en mi hija de verdad y por derecho
sonrisa contagiosa en patineta
conquistando de inmediato mi sonrisa
y haciéndome una adicta a tu querencia
frágil mujercita de sentimientos nobles
mi niña corazón hecha pirueta
siempre amable, sutil, blanca y serena
resultaste ser más fuerte que la roca
como ola de marea en luna llena
iluminando todo con luz propia
shiquitico clon de mi existencia
resplandecida por la luz de tanta estrella
y soy madre no de una de ni de tres sino de muchas
lucecitas refulgentes que me llenan.
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