
Tres gotas sobre la ciudad... el fiscal experto en la esquina mira embebido su entorno próximo, impedido de accionar ni inclinación... la matrona jactanciosa del vehículo plateado, protesta desbocada... el mísero del rústico mohoso responde con sus dedos... la chica del Mustang negro, mira asustada las esquinas del juguete... una viejecita sobre el rayado se debate en un batir de piernas y cabeza... arriba, a lo lejos, dos se besan bajo las gotas... un expreso empapa a estudiante y libros, y el baladro se percibe como trueno. A través del cristal cerrado del cuarto piso, alguien observa… la ciudad vive...
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