Como siempre...

Renazco... de mis cenizas como el ave Fenix... aunque me acompañe una lágrima
Sólo para amigos... para los que gustan de leer... para quienes disfrutan de poemas... para los que como yo sueñan... para los que mantienen la sonrisa... y conjugan a solas las lágrimas... para los que quiero... y los que me quieren... para ti... sobre todo para ti...

12 jul 2008

Chiquitos en prosa


El alma se llena con pasitos presurosos, cargados de libretas y puntas de colores, que con risas de esperanza y correteando la vida, fraguan un encuentro de boquitas cual flores, nutriendo tu pecho de abrazos y caricias.
Se envuelven mis horas en torpes movimientos, de trocitos de carne llenos de hoyuelitos, me recuerdan el tamaño del compromiso, y la ternura me asedia, aunque vuelvan el sitio un verdadero desquicio.

No importa si la vida te sabe a desconsuelo, sus palabritas mochas de muequitas zezeantes, devuelven la ilusión dimensionando el te quiero, y llenando los instantes.

Ojitos espantados ante preguntas tenebrosas: a ver, cuánto es dos más tres?

en manitas retorcidas y boquitas hechas muecas, de atrevidos,
te sueltan un: seis...

desolada elevas la ceja en desacuerdo, y sus bocas abiertotas por la sospecha del error,
te devuelven el dulce a la mirada y te suben el suspiro, y sin siquiera advertirlo sueltas un: a ver, otra vez mi amor…

La respuesta correcta, meditada y nerviosa, asentida en mi rostro de expresión monalisa, dan su fruto al final, cuando antes de marcharse, te abrazan y te dicen:
hey, te hice feliz, descubrí tu sonrisa.
Y así… un raund de cosquillas y estrujones nutridos, forman un conjunto unitario, que con adjetivos susurrados en sustantivos propios, multiplican el verbo amar en incondicional conjugado.

El día finaliza y con tierra hasta en el sueño, de pronto adviertes en el bolsillo, el garabato dedicado, y te llena el rostro la sonrisa y te mira como a loca, el que está al lado.

No importa raza, ni nación, ni creo, entusiasmo de vida mis chiquitos, me han llenado.

Si fuéramos como ellos y amaramos cual niños, otro sería el mundo, y el concepto de amar, no sería tan caro.

Tu sueño y mi pudor


Observando los versos de otros dedos,
en su juego de amor ilimitado,

me transporto a mis letras olvidadas

precisándome a esgrimir sobre lo amado.


Que no todo lo que amo tiene cuerpo,

pero si el sentimiento arrebatado,
que me lleva hasta parajes y destinos,

sentimientos, olvidos y pecados.


Y así todo confluye allí en tu nombre,

universal como el nombre del creador,

aunque ateo es mi sentir por ti,
en momentos,
cuando no me solventas tu pudor.

Y mi sueño te sitúa en el paraje,

y de golpe te envuelve en mi sudor,

y mi sueño te bautiza en mi pecado
no obedece mi sueño ante tu ardor.


El olvido es lo único que puede
de mi sueño despojarte la autoría,

porque en ellos, aunque goce tu presencia,
se convierte mi pasión en mi agonía.

Mentira por omisión


La ingenuidad te puede hacer hundir en fullerías...
creer que los hay, como uno, te cuece reveces...
La sinceridad, no parece ser fuerte de muchos
y la decisión de huir, parece ser el camino heroico.
Por qué cuesta tanto la verdad en el verbo?
se evitarían tantos desazones,
tantas decepciones,
hasta dejaría una de sentirse tonta en ocasiones…
Creerte llena de lisonjas cuando tienen otro origen...
y la dirección definitivamente no es tu casa.
Felices aquellos que creen sin haber visto,
dice en Juan 20.29…
pero hoy, sucesos me hacen una atea del amor, por egoísmo.
Alguna vez leí: “si todos conociéramos más nuestros secretos,
definitivamente podríamos vivir más cómodos entre nosotros mismos”…
Si, soy cómoda, amo lo natural de la comodidad,
lo cierto de la palabra cierta...
Sólo pedí verdad,
odio las palabras entramadas en las verdades a medias...
si quisiera adivinar haría un curso de videncia.
Pero creo, si, creo, porque doy creencia...
y se supone que esperas aquello de lo que eres esencia.
No me importa tu mentira, porque hasta la entiendo...
lo que realmente detesto, es lo tonta que me siento.

11 jul 2008

Mentir por omisión


Observando los versos de otros dedos,

en su juego de amor ilimitado,

me transporto a mis letras olvidadas

precisándome a esgrimir sobre lo amado.


Que no todo lo que amo tiene cuerpo,

pero si el sentimiento arrebatado,

que me lleva hasta parajes y destinos,

sentimientos, olvidos y pecados.


Y así todo confluye allí en tu nombre,

universal como el nombre del creador,

aunque ateo es mi sentir por ti, en momentos,

cuando no me solventas tu pudor.


Y mi sueño te sitúa en el paraje,

y de golpe te envuelve en mi sudor,

y mi sueño te bautiza en mi pecado

no obedece mi sueño ante tu ardor.


El olvido es lo único que puede

de mi sueño despojarte la autoría,

porque en ellos, aunque goce tu presencia,

se convierte mi pasión en mi agonía.