Como siempre...

Renazco... de mis cenizas como el ave Fenix... aunque me acompañe una lágrima
Sólo para amigos... para los que gustan de leer... para quienes disfrutan de poemas... para los que como yo sueñan... para los que mantienen la sonrisa... y conjugan a solas las lágrimas... para los que quiero... y los que me quieren... para ti... sobre todo para ti...

13 jun 2009

Que no se nos olvide lo que nos queremos.


Me asomo a la ventana y veo las calles vacías,

con sus faroles amarillos y nostálgicos

y me provoca encaminarme en sus orillas

dejando en ellos las preguntas que por ratitos me impiden respirar…

tantas dudas que llenan tantas nadas,

pero que arman un todo inconcebible.


Esas calles supieron de ti, olieron a ti, advirtieron sonrisas de ti

pero nunca los faroles amarillos, no, ellos no han conocido de ti…

Y los siento tan compañeros, tan íntimos, tan solidarios…

ruin desequilibrio que no me deja saludarlos y hablarles

contarles mi tristeza, preguntarles mis dudas,

estoy segura que ellos me darían respuestas

respuestas humildes, cargadas de perdón, llenas de no esperanzas.


Cuesta creer que ya no sé nada de ti, que me dejaste esperando, extrañando,

anhelando una respuesta

y en tanto veo los faroles amigos con deseos de cuitas,

la brisa pasa, y me huele a llanto,

y trastoca la noche en perversa melodía de desencuentros

Y tañe mi ventana, pero no me trasfunde más tu beso a la distancia

en cambio, me arrulla un réquiem,

un réquiem que parece susurrar un epitafio

presintiendo que el amor se muere, lento y pausado, se muere

y punza mientras, hondo y largo, porque agenda tristezas…

Los faroles me ojean, perciben desconsuelo,

y titilantes a lo lejos claman

y me corean la misma frase, ciento un veces:

“Que no se nos olvide lo que nos queremos”….

“Que no se nos olvide lo que nos queremos”….

“Que no se nos olvide lo que nos queremos”….

Lo que nos queremos…

nos queremos…

7 jun 2009

Esta noche no



Esta noche no es buena, no es buena ni me gusta

hoy mi boca callada tiene sabor a sal

sabor a sal y arena, oscura y carrasposa

sabor a mar cortada que te lanza hacia atrás.


La vida hoy no me es buena

me pasa irreflexiva

me deja desolada, sin saber qué advertir

tendida en esta guerra, injusta y poco noble

donde sola y distante me separo de ti.


De ti y de todo todo

de todo lo que quiero y ansío en mi vagar

de dichas y nostalgias

de nobles sentimientos

de esos premios de vida que te hacen delirar.


Hoy no quiero la vida, hoy la vida me pesa

me pesa y me hace llaga las ganas de anhelar

mañana al levantarme seguro seré presa

de ganas de vivir y volver a soñar.


Pero hoy no quiero nada, no quiero ni las penas

no quiero pensamientos ni soplos de ansiedad

hoy sólo quiero, extinta, yacer en esta tierra

esta tierra de Dios, dónde ni él me mira ya.

Morir en calma



Di por qué me buscas en silencio

por qué se asoma tu imagen y tú callas

por qué no puede la sombra hacerse luz

y tú hacerte palabra.


Y qué hago con esto que me aturde

con este sentimiento fracturado

dónde escondo la soledad, dónde la guardo

si es ella tu legado.


Dónde logro abandonar la rabia ingente

de los días agrietados a mi espalda

dónde, si te siento a cada instante

y en cada esperanza.


En qué lugar no estás, para no verte

dónde enmudecen inermes tus palabras

dónde vacío el corazón, cómo me pesa

para morir en calma.

Trozos de mí



Alguna vez fueron mías sus palabras

me compuso poemas con la prosa

me expuso infame que era yo el motivo

de sus momentos más ardientes de desmanes.


Tengo el tiempo del mundo

y el mundo en un tiempo suspendido.


La ausencia no es mía, porque siempre le traigo

Y cómo hacer que vuele el amor a distancia

que entre su hoy y mi ayer, cohabite

Inventarle es mi forma de quererle.


Nostalgia de una piel que no conozco

y se declaró como mía

en la que aún sueño que me pierdo.


Sucumbo en mis propios delirios

y sólo tozos de mi conoce el día.

Ágape de mi

Llegaste a mi vida y decidí el amor

te improvisé de mil maneras

en un afán de ir sospechando que todo aquello que inventaba

era realidad

en amargo ejercicio de exaltación

culto al sacrificio y la abnegación.


Renuncié a lo que era y te amé

con adicción

deponiendo mis armas ante una violación fragante a mis derechos humanos.


Desnudé ante ti mi eras,

mi philia

mi ágape

y a voluntad te amé…

Fui víctima del amor a mi propio juicio

a mi invento irrazonable

en mis horas turbias

enfrentando mis yo

otorgando mi absoluto consentimiento.


En qué momento turbio me perdí tanto

en qué momento acepté ser víctima.


Ahora

desmagnificar, desmitificar

corazón en cuarentena

y es que alguien tenía que irse.