Como siempre...

Renazco... de mis cenizas como el ave Fenix... aunque me acompañe una lágrima
Sólo para amigos... para los que gustan de leer... para quienes disfrutan de poemas... para los que como yo sueñan... para los que mantienen la sonrisa... y conjugan a solas las lágrimas... para los que quiero... y los que me quieren... para ti... sobre todo para ti...

21 nov 2008

Evocaciones - Microrrelato


Transcurría la noche en espiral de purpurina, cuando sin gemido aparente volvió la vista hacia el sur… el asombro de lo sentido la trajo a noches como esas, en las que un aliento a fruta la despertaba con una sonrisa… tantos recuerdos acumulados en su mente… tantos relatos de una misma historia. Se le ocurre repasar los pasos de lo realizado, y forja un hechizo, con anhelo de que todo vuelva a ser como antes… evoca aromas en su mente, sintiendo en sus manos la textura de un grumo, como de mandarina y limón, miscibles entre si… la escalera hacia el asombro la arrastra desconsolada… sólo soñaba… sola solloza.


Otra rica experiencia con los integrantes de Pliegues/Despliegues... mil gracias.

Aunque ya no haya encuentros.


La noche suele trasladar los pensamientos a los más recónditos rincones donde se hallan nuestras miserias, allá donde lo desecho se hace visible y su olor sin querer atrae, allá donde depositados están los dolores de lo no logrado, de lo no permitido, de lo negado, de lo muerto que aún late en esta noche es de lisonjas, aunque no haya encuentros.


Hoy escojo experimentar. Hoy he decidido oler los recuerdos que me dejaron esperanzas, saborear las aventuras que me dejaron sonrisas y palpar las verdades que me formaron buena. Hoy veo en las sombras los colores de la compasión. Hoy pienso en ti, aunque no haya encuentros.

Hoy la noche amanece bonita, se ilumina con las caricias de los posibles y surgen las promesas no consumadas, para recordar que existen momentos en la sonrisa, caricias en las evocaciones y ternuras en las añoranzas, aunque no haya encuentros.


Los libros cerrados me traen el olor a lo antiguo de un pasado que se hace eterno, pero que sólo tiene meses de gestado, un olor a lugares comunes no recorridos aunque silenciosamente habitados, por las ansias supremas de hacerlos nuestros, aunque no haya encuentros.

Hoy la luna me ríe mientras la estrella me guiña el ojo en complicidad de un trasnocho que anuncia amanecer, en el canto de las aves peregrinas de mi paisaje de montaña, esa que transporta la silueta de tus sierras veneradas en las que tantas veces me pensaste añorante, aunque no haya encuentros.


Hoy me duermo con la mueca del agradecimiento, hoy comienzo a entender de nuevo el significado de las promesas como regalo, ante un mañana que se me brinda prospero de realidades, con quieros figurados y puedos realizables, aunque no haya encuentros.


Hoy mi plegaria es más conversa y mi petición más fija, la sonrisa se hace asombro y la ilusión será innovada en otro reflejo, el destello de mi pensar compite con el sol que asoma y el ensueño se sospecha placentero, las remembranzas cambian de desolación a sosiego y los sollozos se deslizan, cambia el cariño por necesidad a necesidad por cariño… hoy ya no hacen falta los encuentros.

Espacio Disponible


Las palabras con guantes empuñadas
para no deteriorar las intenciones
insuficientes fueron, ante la realidad de un emigrar delgado
conmemorando la falta de ilusiones.


Se sabe el amor, en ganas malgastadas
se registra dolor, más no se ve la herida
no se advierte ensueño, ni deseo, ni esperanza
y no se halla rabia que sea compartida.


Se extraña sentir, atino nulo
exasperante inercia coexistida
se escoge la tristeza apedreante
y no el abandono que se anida.


Vacío este… infame en la desidia.

Así no



De que vale el amor si nadie lo corteja
de que vale el disfraz si eventual te lo quitas
de que vale que digas que me tienes presente
si te me haces ausencia cuando mi alma te grita.


De que vale que vengas cada tanto a mi puerta
a dejar sólo un beso para después partir
de que vale bautices con mi nombre tus sueños
si tus sueños no escuchan mi angustiante gemir.


De qué vale tenerme en tu historia de huidas
por qué vuelves si sabes que comienzo a sanar
por qué te empeñas en abrirme la herida
y creerme de nuevo solitaria sangrar.


Entiende de una vez, de esta forma no hay historia
no deseo disfraz, ni bastón, ya no sangro,
ya en mis ojos no llueve ni mi boca te nombra
tu presencia en mi vida se quedó en aquel tango.


Emerges para tenerte?... me parece que no
entonces, mi bien, sigue de largo.