Como siempre...

Renazco... de mis cenizas como el ave Fenix... aunque me acompañe una lágrima
Sólo para amigos... para los que gustan de leer... para quienes disfrutan de poemas... para los que como yo sueñan... para los que mantienen la sonrisa... y conjugan a solas las lágrimas... para los que quiero... y los que me quieren... para ti... sobre todo para ti...

19 oct 2009

Desierto


Evaporarse

en un desierto

donde no hay horizontes que demarquen dudas

y no se avista ni pasado, ni futuro,

sólo un presente perfecto…

Donde no hay nombres ni hombres con nombres

que etiqueten y te siembren condenas.


Un desierto

donde se haga realidad el oasis de mi fantasía

y en ella me alimente de la fuente de la nada…

donde en dunas duerma mi esperanza

en alientos de tormenta de arena,

con la única presión del coraje eólico

y el dulce sonido de la nada

en la caricia perfecta de la no espera.


Un desierto

sin enardecidas precipitaciones que humedezcan el espíritu

sofocando la perspectiva

donde sólo me tropiece la hamada

y en su sequedad conserve intacto el fósil de mi abandono.


Y si en tundra trastoca mi esperanza la luz del frío que quema el suelo

sea sólo el estrés glacial que cubra de musgos y líquenes mi pensamiento,

y así hundida en sus pasos babosos,

se deslice la desazón de lo perdido.



Innoble



Hombre protervo que vas hurtando piel y calma
en qué minuto percibes que todo tú lo puedes
si no distas cuando el corazón a una mujer le hieres
dejando en su correr lesiones hondas en el alma.

Rostro y cobijo te armas mendaz entre lisonjas,
de brazos obsequiosos absorbes la ternura,
dejando luego anclada en el alma la locura
en la evaporación de tu estampa entre las sombras

Con espinas de salva cavando vas la tumba
del corazón regocijado, que frugal cae al destino
de tu cruel, mordaz y adusto ser divino
que escondiendo vas tu malquerencia en la penumbra.

Vigorosa cruzada en tu andar, llevas por norte
hasta hundir tu pasión en la hembra tremulante
que presa desvanece incitada ante el consorte

y creyendo en garantía el amor del ser pujante
una ofrenda al corazón afligido, haces post morten…
soledad, brutal destino del innoble amante.

Mutis



Hurgadores de sueños que en basural se ceban,

con naricitas rojas por el llanto que enjugan,

sus pasitos desnudos por esas calles negras

nos muestran la desidia de aquellos que perjuran.


No hay pan bajo su brazo ni abrigo en esa tierra

que mece como cuna a los hijos de mi guerra,

un cartón corroído su cuerpo les calienta

y una lata de pega terapia es de sus penas.


Sus destrezas motoras afinan con las balas,

aprenden matemática en un retrovisor

al que se lanzan prestos en angustia sinuosa

para encontrar sustento… qué mundo de terror.


Esas manitas sucias con sus amplias sonrisas

se tienden y nos dicen: dame algo pa’ comé,

y en lenguaje alterado se les responde: “vete”,

se piensa: “no molestes”… qué humanidad tan cruel.


En diestros manilargos se truecan con la vida

mirándote de lado con rencoroso andar,

no es más que aquel quejoso gemido que te grita

“ayúdame”… qué podrida sociedad.


No es libre una nación que deja la esperanza

tirada en una calle, dormida en un andén,

aspirando aterrada el sucio polvo blanco

para olvidar que viven… nos hemos vuelto hiel.


Pobre es aquel que olvida que no hay paz ni consuelo

cuando en descuido adrede despojan de ilusión,

al niño de la tierra, desnudo de consuelo,

turbado de injusticia, fracturado de anhelo,

y ennegrecen las nubes sobre su hermoso cielo,

aplastando a mentiras su triste corazón.



Para los miles de niños de la calle, en la calle, por las calles… es hora de acopiarlos.



Desesperanza



En el instante que se apaga la luz

comienza mi alucinación,

la silueta de tus pasos marchándose, alejándose…

y mi horizonte desdibujándose en cada pisada que abandonas.


Persigo la luna en una carrera contra el tiempo

buscando obedezca mis ojos cuando le imploran se detenga…

si la alcanzo, no te vas,

si la alcanzo, me quedaré parada en tu huella.


Y amanece…






Como eternamente


Te pienso

como nunca y como antes

como cuando cerca, no estabas

como cuando estabas y eras lejos.


Te sueño

como siempre y como a veces

como con ojos ingenuos en tierra húmeda

como con ojos tupidos en húmedo sueño.


Te veo

como ayer y como mañana

como con sonrisa amplia y con palabra estrecha

como con palabra muda y con sonrisa inerme.


Te siento

como jamás y tal vez

como con piel sospechada y manos urdidas

como con manos soldadas y piel hurgada que no fue.


Te oigo

como jamás y tal vez

como ayer, como mañana

como siempre y como a veces

como nunca y como antes

como eternamente…

silencioso.